¿Y si no la hubiera acosado en ese autobús...?
Hace un año.
Durante un viaje de negocios, en el autobús, conocí a una chica tranquila con un cuerpo bien desarrollado,
pero, a pesar de que era la situación perfecta, decidí no acosarla.
Sin embargo, desde ese día, me invadió un fuerte impulso de acosarla.
Luché cada día para contener esos impulsos, pero un día, de camino a casa,
por casualidad, volví a ver a esa chica tranquila y a sus amigas.
Los recuerdos de cómo me sentí ese día volvieron...
De repente, me vi controlado por el instinto de mi cuerpo y no podía apartar la mirada de las chicas.
Y entonces... ... ... ... ¡los impulsos reprimidos ya no pudieron ser detenidos!
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